miércoles, 24 de abril de 2013

FELIZ PASCUA. EL SEÑOR RESUCITO.

Queridos amigos y hermanos en Cristo:

A vosotros me dirijo en este tiempo de pascua, después de largo tiempo, para compartir una vez más el sentir de mi corazón. 
Cada vez que se cumple este tiempo pascual, cada año que pasa y llega este momento de la pascua, siento como el Señor me llama a la esperanza, a la alegría, a no tener miedo de tenerme por cristiano. Es una llamada que llega a mi corazón, haciendo me ver que Cristo ha movido la losa, la piedra que tapaba la tumba  y ha resucitado. 

Es un resurgir de lo profundo de las tinieblas, que rompe el pecado del ser humano haciéndolo libre, desde el amor, desde la misericordia, desde la entrega total por nosotros. Quizás no entendamos bien, lo que esto representa. Pero desde lo que me ha llamado a mí personalmente puedo dar miles de gracias.

Gracias Señor, por romper la losa que tapa el hueco de mi corazón. Gracias Señor, por meterte dentro de las tinieblas de mi corazón para llenarme cada día con tu ser " Amor", para alumbrarme, para darme vida. Gracias Señor, por hacerme nacer de nuevo, por darme un Espíritu nuevo, por mostrarme la luz de tu verdad y darme buena vida, vida que brota del alma. Gracias Señor, por buscarme cuando estaba perdido en la mentira, por guiarme cuando no encontraba el camino, por ser luz que abre mis ojos en mi vida. Gracias por darme un nuevo hogar que esta lejos y cerca, que esta dentro de mí y fuera de mi, por darme un corazón que ama y una Iglesia en la cual puedo estar y descansar mi pobre corazón junto al tuyo, sintiéndome amado por muy lejos que este de mi casa, por que tú Señor no me abandonas.
Sólo si pierdo mi fe, me quedo solo y lo pierdo todo. Sólo si no te acepto, no me entiendo y nada tiene sentido.

Señor quisiste resucitar, por el mundo y por mi. Quieres resucitar hoy también en el mundo y en mí. Querrás resucitar para seguir con nosotros y en mí. 

Haz pues Señor que en esta pascua, pueda seguir haciendo por ti aquello que pides de mí; que te haga presente siempre y que tu hogar sea el mundo. Que tu hogar este junto a mi en la Iglesia, que tu hogar sea yo en el mundo. Haz de mí Señor testigo de tu amor, para que no sea yo quien viva en mi, si no que tu seas quien vive y Ama al mundo.

David Escoin.

sábado, 23 de marzo de 2013

  SANTO PADRE FRANCISCO; SU PRIMERA HOMILÍA


SANTA MISA CON LOS CARDENALES
Homilia DEL SANTO PADRE FRANCISCO 
Capilla Sixtina 
Jueves 14 de Marzo de 2013


En ESTAS tres Lecturas Veo Que heno algoritmo en Común: es el Movimiento. En la Primera Lectura, el Movimiento en el camino, en la Segunda Lectura, el Movimiento en la edificación de la Iglesia, en la tercera, en el Evangelio, el Movimiento en la confesión. Caminar, Edificar, confesar.
Caminar. «Casa de Jacob, venid; Caminemos a la luz del Señor» (Is 2,5). ESTA ES La Primera Cosa Que Dios ha dicho a Abrahán: Camina en mi Presencia y SE irreprochable. Caminar: nuestra vida es camino y sin when nn páramos, Algo no Funciona. Caminar Siempre, en Presencia del Señor, a la luz del Señor, Intentando Vivir con honradez Aquella Que Dios pedia a Abrahán, EN SU PROMESA.
Edificar. Edificar la Iglesia. Se habla de piedras: las piedras hijo consistentes; Pero piedras vivas, piedras ungidas Por El Espíritu Santo. Edificar la Iglesia, la Esposa de Cristo, piedra angular Sobre La Que Es El Mismo Señor. Él here Otro Movimiento de Nuestra Vida: Edificar.
Tercero, confesar. Podemos Caminar Cuanto queramos, PODEMOS Edificar Muchas Cosas, Pero si no confesamos a Jesucristo, Algo no Funciona. Acabaremos siendo Una ONG asistencial, Pero no la Iglesia, Esposa del Señor. De Cuando No Se Camiña, sí está parado. ¿Que ocurre when No Se Edifica Sobre piedras? Sucede Lo Que ocurre a los Niños en la playa when construyen castillos de arena. Todo Se Viene abajo. No es consistente. De Cuando No Se confiesa a Jesucristo, me Viene a la memoria la Frase de Léon Bloy: «Quien no reza al Señor, reza al diablo». De Cuando No Se confiesa a Jesucristo, sí confiesa la mundanidad del diablo, la mundanidad del demonio.
Caminar, Edificar, Construir, confesar. Pero la Cosa no es tan Fácil, ¿porqué en el Caminar, en el Construir, en el confesar, A Veces heno temblores, Movimientos existencial Que ningún hijo precisamente Movimientos del camino: El hijo de Movimientos Que Nos Hacen retroceder.
Este Evangelio prosigue Con Una Situación especial. El Mismo Que Pedro ha confesado a Jesucristo, le dados: Tu Eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo. Te sigo, Pero no hablemos de cruz.ESTO NO TIENE nada Que ver. Te sigo de Otra Manera, el pecado la cruz. De Cuando caminamos pecado la cruz, Cuando edificamos pecado la cruz y when confesamos Cristo sin pecado cruz, no Somos Discípulos del Señor: Somos Mundanos, Somos Obispos, Sacerdotes, cardenales, papas, Pero no Discípulos del Señor.
Quisiera Que Despues De Todos, ESTOS Días de Gracia, tengamos valor el, precisamente el valor, de Caminar en la Presencia del Señor, con la cruz del Señor, de Edificar la Iglesia Sobre La Sangre del Señor, derramada en la cruz, y de confesar La Única gloria: Cristo crucificado. Y ASI la Iglesia avanzará.
Deseo Que el Espíritu Santo, Por La plegaria de la Virgen, Nuestra Madre, nos conceda a Todos Nosotros this gracia: Caminar, Edificar, confesar a Jesucristo crucificado. Que sea asi.
HABEMUS PAPAM

El seminario Mater Dei se enorgullece de la nueva elección papal el pasado día 13 de Marzo del 2013, Cardenal Bergoglio. El Papa Francisco. Que Dios le bendiga en su pontificado y de muchos frutos para la nueva evangelización. Santo padre, si Dios quiere nos veremos en Roma pronto.

viernes, 8 de marzo de 2013


Santa Cuaresma: para volver a Amar al que es Amor


                El tiempo de cuaresma en el que pronto llevaremos tres semanas, siguiendo la pedagogía dulcísima de Nuestra Madre la Iglesia, es tiempo de responder.

                Es habitual escuchar decir que el tiempo de cuaresma no solamente son estos cuarenta días que nos orientan y sintonizan hacia el Triduo Pascual, sino que nuestra vida debe ser vivida como cuaresma. Las actitudes clásicamente cuaresmales (oración, ayuno y limosna), no son más que las actitudes clásicamente cristianas.

Mirando hacia la celebración de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo, vemos que Dios se ha humillado tremendamente hasta nosotros. Pero para que podamos nosotros elevarnos hasta Él. Dios tiene la primera palabra, pero espera la respuesta de sus hijos. “Volveos hacia mí- oráculo del Señor de los ejércitos- y yo me volveré hacia vosotros”. De este modo (según mi inexperta opinión…) debemos entender este tiempo de cuaresma: Dios nos llama (nunca deja de hacerlo) de forma amorosa y debemos responder con amor. No es tiempo de llenar el día con un sinfín de prácticas penitenciales, sino tiempo de insertar estas prácticas en orden a responder con verdadero amor para prepararnos al encuentro de Jesucristo en su Pasión y Resurrección. El tiempo de cuaresma, es tiempo de aprender a amar, de crecer en el amor, de amar al que es el Amor. De este modo, las prácticas penitenciales (recomendadas por la Iglesia) se convierten en un acto de respuesta, de diálogo con Aquel que nos llama a su encuentro y de reconocimiento de que Dios es la fuente y el centro de nuestra vida.

Sin embargo, la respuesta que se nos exige, es mucho más que unas prácticas de penitencia o misericordia. Ya debemos a empezar a meditar esa Pasión. Miremos al Cristo Traspasado. Hasta que no nos parezcamos a Él, crucificados, donados, entregados por Verdadero Amor, no habremos respondido con verdad e integridad. Que nuestra conversión, sea la donación de nuestra vida, como ofrenda (siempre imperfecta e insignificante) al Padre, en unión con el Hijo.

                Debemos, pues, en este tiempo de cuaresma “dejarnos abrazar por Dios” especialmente en el Sacramento de la Confesión. Si reconocemos humildemente ante Dios nuestra pequeñez, Él nos levanta. Así imitaremos a S. Pedro ante el Maestro en la pesca milagrosa: “Apártate de mí, que soy un pecador”. Este recibió la respuesta: “No temas (…)”. Por ello, sin temor vivamos la cuaresma como tiempo de humildad, tiempo de abnegación.

                Sabiendo esto, vivamos con verdadero gozo de poder disponer de un tiempo especial para volver a lo esencial, para volver a Amar, para volvernos a Dios; y hagamos de nuestra vida una cuaresma permanente.

Samuel Medina.

martes, 26 de febrero de 2013


Cartel del Encuentro 2013PEQGRAN ENCUENTRO DIOCESANO SEGORBE-CASTELLÓN  2013


Hola de nuevo queridos amigos y hermanos en la fe:


El pasado sábado día 23 de febrero, se dio lugar en el auditorio de Castellón, el gran encuentro diocesano dedicado al año de la fe. Donde hubo una participación activa de parte de todos los fieles de la diócesis, se calcula que eran más de un millar de personas. 


El acto comenzó con las palabras de bienvenida nuestro obispo D. Casimiro y el rezo de laudes. A continuación se dio paso, a una ponencia del obispo de Ciudad Rodrigo, D. Raúl Berzosa. La ponencia iba destinada a nuestra relidad, quería exhortar a nuestra Iglesia a ser personas capaces de vivir la fe con libertad y desde la esperanza. A pesar de que la Europa, sea un continente frío como el hielo para la fe, se trata de despertarse y quemar con la luz de Cristo. La nueva evangelización, es tarea de todos los fieles, pero de forma muy especial, de cada una de las iglesias esparcidas por el mundo. Debemos pues los cristianos, dar testimonio de ello.


Descargar DSC_1281.jpg (324,5 KB)En el encuentro, también hubo cinco testimonios de vida de fe, actuación del grupo musical Kairoi, comida fraterna, actuación de la coral del Colegio Mater Dei y después se cerró el acto con la celebración solemne de la Eucaristía.

La jornada fue, un verdadero encuentro con el Señor que nos ayudo a sentir la unidad, de nuestra Iglesia diocesana de Segorbe Castellón.






TRANSMISIÓN EN RADIO MARÍA.

Queridos amigos y hermanos en la fe:

El pasado día 15 de febrero, Radio María vino al seminario para retransmitir el rezo de vísperas. Todos participamos con alegría y devoción. La retransmisión fue todo un éxito.


jueves, 14 de febrero de 2013

LA RENUNCIA DEL PAPA BENEDICTO XVI


Queridísimos hermanos,


Os he convocado a este Consistorio, no sólo para las tres causas de canonización, sino también para comunicaros una decisión de gran importancia para la vida de la Iglesia. 

Después de haber examinado ante Dios reiteradamente mi conciencia, he llegado a la certeza de que, por la edad avanzada, ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino. 

Soy muy consciente de que este ministerio, por su naturaleza espiritual, debe ser llevado a cabo no únicamente con obras y palabras, sino también y en no menor grado sufriendo y rezando. 

Sin embargo, en el mundo de hoy, sujeto a rápidas transformaciones y sacudido por cuestiones de gran relieve para la vida de la fe, para gobernar la barca de san Pedro y anunciar el Evangelio, es necesario también el vigor tanto del cuerpo como del espíritu, vigor que, en los últimos meses, ha disminuido en mí de tal forma que he de reconocer mi incapacidad para ejercer bien el ministerio que me fue encomendado. 

Por esto, siendo muy consciente de la seriedad de este acto, con plena libertad, declaro que renuncio al ministerio de Obispo de Roma, Sucesor de San Pedro, que me fue confiado por medio de los Cardenales el 19 de abril de 2005, de forma que, desde el 28 de febrero de 2013, a las 20.00 horas, la sede de Roma, la sede de San Pedro, quedará vacante y deberá ser convocado, por medio de quien tiene competencias, el cónclave para la elección del nuevo Sumo Pontífice.

Queridísimos hermanos, os doy las gracias de corazón por todo el amor y el trabajo con que habéis llevado junto a mí el peso de mi ministerio, y pido perdón por todos mis defectos. 

Ahora, confiamos la Iglesia al cuidado de su Sumo Pastor, Nuestro Señor Jesucristo, y suplicamos a María, su Santa Madre, que asista con su materna bondad a los Padres Cardenales al elegir el nuevo Sumo Pontífice. Por lo que a mi respecta, también en el futuro,quisiera servir de todo corazón a la Santa Iglesia de Dios con una vida dedicada a la plegaria.

Vaticano, 10 de febrero 2013

BENEDICTUS PP. XVI

miércoles, 13 de febrero de 2013

EL TIEMPO DE CUARESMA.

Queridos amigos y hermanos en la fe:

El tiempo de cuaresma comienza hoy, con el miércoles de ceniza. Es un tiempo que nos ayuda prepararnos para la celebración del la Pascua, "La resurrección del Señor". En este tiempo, se nos exhorta a una vivencia espiritual más profunda, al ayuno, a la práctica de la limosna, la búsqueda del encuentro con Dios por medio de todo ello y por medio del sacramento de reconciliación, más conocido la confesión. 

Años atrás, hace 10 años, yo vivía este tiempo litúrgico de forma muy diferente a como lo vivo ahora. Llegaba a criticarlo, a no entenderlo, pues, era una persona que estaba apartada de Dios y de la fe. Veía como una imposición, de la Iglesia todos estos ayunos y abstinencias. Hasta que descubrí lo importante que son en realidad, en cuanto que descubrí a Dios,en cuanto dejé que Dios entrase en mi vida.

Estos ayunos y abstinencias, me han ayudado a decir muchas veces que no a mi mismo, a no ser egoísta, a pensar mejor las cosas, a comenzar a mirar por las necesidades del otro. En otras palabras, a comenzar a ser verdaderamente libre. Liberándome de todo aquello que no me acerca a Dios y me aleja del amor. Es una libertad plena, que nos muestra con clarividencia aquello que es realmente importante en esta vida. Nos hace madurar en la persona de Cristo a imagen suya en la vida, y a ejemplo suyo, como en el pasaje de las tentaciones en el desierto   (Mt, 4, 1-11).

El ayuno nos ayuda a luchar contra las tentaciones que nos hacen débiles y precipitan a caer en las manos del maligno enemigo, por medio del pecado. Es el pecado aquello que nos aparta de nuestra verdadera naturaleza, que nos aleja de Dios y también, de vivir para solo complacer nuestras necesidades. Todos tenemos debilidades, por ello el ayuno, nos muestra con más claridad lo que realmente puede perjudicarnos, aquello que está más unido a este mundo, que limita nuestra apertura a Dios, a la transcendencia. El pecado nos obliga, pues, haciéndonos perder nuestra verdadera libertad, nos ata al mundo, a la debilidad de la concupiscencia. Nos sumerge en una ceguera y una sordera temporal, que nos incapacita a poder vivir en esperanza.

Con el paso del tiempo he comprendido que el ayuno es importante, por ser uno de los métodos eficaces de encuentro con Dios y de amor al prójimo. En este tiempo se nos pide el ayuno del alimento que es importante, y de ello también contar con el ayuno de las cosas, que puedan cortar la vivencia en plenitud de la comunión con Dios y en el amor al prójimo. Las lecturas de hoy, a mi interpretación, exhortan a vivir ese ayuno, como parte del anuncio de la gracia que se nos tiene preparada. Por ello, hay que vivir con alegría esta oportunidad que se nos brinda para la conversión. Hay que perfumar nuestro pelo, para que se reavive la fe en el mundo, con ese perfume del ejemplo cristiano de santidad, y lavar nuestro rostro para no quedarnos estancados en las penas que el mundo nos contagia, mostrar una mirada limpia de sinceridad que hable al mundo sin dobleces sin mentiras. Los hombres están cansados de vivir en el mundo, ya que está lleno de mentiras. Sólo con el agua se limpia el rostro, sólo con el agua limpiamos los pecados en el bautismo acogiendo nuestra fe en la Iglesia, que nos hace revivir la esperanza, que nos hacer ser creyentes de aquello que senos revela en su seno y que cada día se nos manifiesta como creyentes, la verdad de Cristo. Por que la fe nos ayuda a vivir plenamente en esperanza viva y verdadera, ayer, ahora y siempre. Nos acerca a lo auténtico, quitándonos el maquillaje que en abundantes veces, se nos impregna de la realidad del mundo. Liberémonos del falso encuentro con la realidad y hagamos que la fe nos revele la verdad de nuestro yo.

Animo a que todos vivamos en plenitud este tiempo de cuaresma deseando vivir la esperanza, el encuentro con Dios, la alegría de saberse amado por Él y compadeciéndonos por su muerte en Cruz, sentirnos llamados a vivir por el anuncio del evangelio, siendo verdaderos Cristianos testigos de Cristo en el mundo.

Para ser testigos:"Aprendamos a perdonar los pecados ajenos, como lo hizo nuestro Maestro, para comprender mejor nuestros pecados. Aprendamos a amar a nuestros hermanos, como los amó el Maestro, para saber cuánto Dios Ama al mundo"

Gracias por vuestra atención, Dios os bendiga.
                                                                                                                 David Escoin