martes, 6 de marzo de 2012

Samuel Medina

Todos buscamos a Dios

¡Paz a vosotros! Soy Samuel, seminarista menor del “Mater Dei”. Si algo puedo decir seguro de mi vida, es que Dios siempre ha estado muy cerca. ¿Que cómo he acabado en el seminario? Pues eso,… por Él. Ha sido Jesucristo quien poco a poco se ha apoderado de mi corazón. Gracias a las catequesis para recibir la Confirmación, empecé a asistir a la Santa Misa, Confesión y oración. Recibiéndole, pidiéndole perdón y hablando con Él íntimamente, me conquistó. Pero si algo me impulsó a entrar en el seminario fue la Palabra. En un momento muy especial en mi vida, en un retiro, fueron estas: “¿me amas? […] Apacienta a mis ovejas” (Jn. 21,16). Sí, todos buscamos a Dios, a veces sin saberlo. 

Si quiero ser sacerdote, es para la salvación de las almas y para gritar al mundo “Éste es el Cordero de Dios”(Jn. 1, 36). En otro momento fueron estas: “Soy yo. No temáis” (Mt.14,27) ¡Ven! Y allá voy… aquí en el seminario. Voy caminando con alegría, pues voy con El. Estos meses han sido los más felices de mi vida, pero también los más difíciles y con muchas pruebas. Bueno, Cristo en la Cruz es la máxima expresión del Amor, ¿a caso vamos a renegar nosotros de la nuestra? No, lo debemos hacer todo por amor. Y eso es, el amor (origen, sustento, meta), porque “Dios es Amor” (1Jn. 4,8) 

Un abrazo en los Corazones de Jesús y María.

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